Tráfico de vida silvestre en Argentina
En Argentina, el tráfico de vida silvestre es una amenaza para la conservación de la biodiversidad. Más de 100 especies de aves, 20 de reptiles y 15 de mamíferos de nuestro país son las más afectadas por el tráfico de fauna. De todas ellas, unas 20 están bajo alguna categoría de amenaza, tanto a nivel nacional como internacional.
Las principales especies dentro del tráfico ilegal y en algunos casos para la exportación son: el Cardenal Amarillo (Gubernatrix cristata), el Federal (Amblyramphus holosericeus), el Tucán Grande (Ramphastos toco) y Loro Hablador (Amazona aestiva) entre las aves, entre los reptiles las tortugas del género Chelonoidis y entre los mamíferos, los primates (principalmente del género Sapajus y Alouatta) y los felinos (género Leopardus y Puma).
Los monos aulladores negros y dorados (Alouatta caraya) son una de las especies que sufre el mayor grado de captura ilegal para el comercio de mascotas en Argentina. Los monos son capturados generalmente para ser comercializados ilegalmente como mascotas, y son decomisados por las autoridades nacionales y locales a medida que se detectan. Además, en algunas partes de Argentina tanto esta especie como los monos caí sufren cacería para consumo de carne de monte.
En algunos casos, los que han comprado estos primates como mascotas los entregan voluntariamente debido a las molestias que provoca albergar a un animal salvaje en un entorno doméstico y al enterarse de que su posesión es ilegal. También ocurre que muchas personas liberan en áreas silvestres individuos que permanecieron en sus hogares como mascotas por mucho tiempo sin consultarlo previamente. La mayoría de las veces, estas liberaciones sin estudios sanitario previos y sin tener en cuenta su comportamiento humanizado que hace que esta estos animales no logren sobrevivir por sí mismos y puedan poner en peligro a la fauna silvestre.
Tanto para denuncias como en estos casos se puede contactar a la La Brigada de Control Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación que actúa como órgano de aplicación de la Ley n.º 22421 de la conservación de la fauna silvestre, y realiza diferentes operativos de fiscalización y allanamiento a establecimientos y criaderos clandestinos. Existen cuerpos similares en cada una de las provincias de nuestro país.
Los animales confiscados y/o entregados son derivados a centros de rehabilitación y rescate que muchas veces están saturados o carecen de infraestructura suficiente para llevar a cabo un proceso de readecuación comportamental y sanitaria adecuada de las especies de animales. Otro problema al que se enfrentan los primates en el noreste argentino, debido a la alteración del hábitat que rodea a los pueblos y ciudades, es que ingresan a asentamientos urbanos como individuos o grupos. Los individuos o pequeños grupos de aulladores pueden sobrevivir en pequeñas áreas boscosas (es decir, parques urbanos o parcelas de bosques dentro de los campus universitarios) y en estos casos lo único que necesitan es que los dejemos en paz, no tratemos de agarrarlos ni alimentarlos. Sin embargo, algunas personas que no comprenden esta compleja situación piden al gobierno local que retire los animales de estos sitios, cuando deberíamos comenzar a explorar formas nuevas de convivencia con fauna urbanizada.
La devolución de animales confiscados o rescatados a la naturaleza se conoce generalmente como liberación, translocación o reintroducción dependiendo de las características del mismo. Se llama reintroducción solo si los animales se devuelven a áreas dentro de la distribución original de la especie donde ha desaparecido. La devolución de animales que estuvieron en cautiverio a hábitats naturales puede lograr un fuerte apoyo público; sin embargo, este proceso a veces puede tener resultados no deseados.
Estos procesos tienen múltiples riesgos a nivel individual, de la poblacional y del ecosistema. Por estas razones, desde NPC Argentina estamos reforzando y construyendo bases más sólidas que conecten estos conocimientos con el conocimiento local desde la difusión, comunicación, educación y divulgación científica a modo que la reintroducción y traslocación incluyan una evaluación integral de todos los riesgos que implica.
Hay múltiples variables principales que debemos tener en cuenta antes del movimiento de los animales, tales como: origen de los animales (es decir, análisis genético); el estado de salud del animal, el hábitat seleccionado para el movimiento, la capacidad del hábitat seleccionado para este movimiento para que al animal liberado pueda sobrevivir y la necesidad de reeducación conductual (es decir, ¿ pueden reconocer los alimentos en el nuevo hábitat?, ¿pueden evitar a los depredadores?, ¿pueden socializar?, entre otros).
Desde NPC Argentina trabajamos asesorando a los centros de rescate en estos procesos. En especial trabajamos con el veterinario Dante Di Nucci del Refugio de Animales Silvestres de Güirá-Oga, en la provincia de Misiones, en el rescate de animales. Contribuimos con este y otros centros de rescate en la determinación del posible origen de los animales rescatados y en la evaluación de posibles lugares de translocación o reintroducción, así como asegurándonos que se lleve a cabo un seguimiento posterior de estos programas.